lunes, 24 de octubre de 2016

“Actividades comunitarias”

Los choles reconocen que el conflicto genera experiencias afectivas nombradas de sufrimiento, dificultad o problema. El sufrimiento generado por los conflictos entre los mismos compañeros ch’oles suele manifestarse como un fantasma con múltiples formas, y que amenaza con aparecer en diversas circunstancias a lo largo de la vida de las personas, pudiendo llegar a provocar escenarios adversos donde esté presente la enfermedad e incluso la muerte.
En las narrativas locales, los sujetos hablan con frecuencia sobre el sufrimiento que generan los sujetos que envidian, odian o sienten enojo contra quienes tienen lo que ellos no pueden tener, es decir, aluden a condiciones de desigualdad entre las personas. El sufrimiento se produce cuando el envidioso realiza diversas acciones que buscan dañar a quien es envidiado, o a miembros de su familia, con el fin de socavar de alguna manera la posición de privilegio en que se encuentra. Por lo tanto, gran variedad de dificultades ubicadas en distintos ámbitos, como el económico, de la salud, de las relaciones interpersonales o el psicológico, son explicadas a través de dicho mecanismo, lo cual redunda en el surgimiento de diversos conflictos interpersonales. Dentro de las acciones que tienen como objetivo dañar, la brujería  es la más poderosa, ya que puede afectar a la persona de numerosas maneras, produciendo malestares corporales y hasta la muerte.
La posibilidad de ser dañado por alguien envidioso genera sufrimiento en términos emocionales: puede presentarse como miedo , preocupación-tristeza o vergüenza. Dichas emociones tienen un significado negativo al estar asociadas a la manifestación del daño de que son objeto, principalmente cuando se trata de brujería Sin embargo, en tanto las emociones contribuyen al desarrollo de la agencia en los sujetos, también conducen a que las personas movilicen sus recursos para protegerse, y cuando sienten enojo-coraje también pueden ser movilizadas hacia la búsqueda de venganza.
Frente a la desigualdad, y para evitar la experiencia de la envidia, los ch’oles plantean dos alternativas. Por un lado, es posible aceptar que algunas personas nacen con ciertas habilidades que les permiten desarrollar algún tipo de actividad con la que logran obtener recursos económicos vedados para la mayoría, es decir, han recibido “dones” “porque así lo quiso Dios”. La segunda opción consiste en trabajar fuertemente para conseguir lo que se quiere, ya sea en labores campesinas, en la crianza de animales o en algún trabajo asalariado. Cuando alguien muestra su envidia es mirado negativamente, pues se suele decir que no se esfuerza lo suficiente para obtener lo que desea, y que no mira el esfuerzo que el otro está realizando para tener lo que tiene.

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